El poder de la comunicación en la convivencia de los seres humanos, como herramienta que transmite ideas, sentimientos, alegría, frustraciones, deseos o la simple satisfacción de una necesidad, es fundamental.
Si la capacidad comunicativa es esencial para relacionarnos con amigos, compañeros de trabajo o conocidos, imaginemos que importante resulta ser, para conocer y relacionarnos con nuestros hijos adolescentes.
Por ser el período de la pubertad y la adolescencia una época de cambios conductuales, hormonales y afectivos, que generalmente sorprenden a padres e hijos, la capacidad de comunicación es esencial.
El desarrollo de las cuatro habilidades comunicativas básicas: hablar, escuchar, leer y escribir, es de carácter espontáneo y natural, en la mayoría de los seres humanos. Los mecanismos o la dinámica de comunicación entre las personas son aprendidos y por consiguiente modificables.
La dinámica de comunicación de las personas en el núcleo familiar puede desarrollar diferentes estilos. En algunos casos los mensajes verbales, los gestos y las expresiones que utilizamos para comunicarnos con nuestros hijos, pueden ser consistentes, asertivos, o autoritarios, agresivos, inhibidos o indiferentes.
El poder de la comunicación en la convivencia de los seres humanos, como herramienta que transmite ideas, sentimientos, alegría, frustraciones, deseos o la simple satisfacción de una necesidad, es fundamental.
ResponderEliminarSi la capacidad comunicativa es esencial para relacionarnos con amigos, compañeros de trabajo o conocidos, imaginemos que importante resulta ser, para conocer y relacionarnos con nuestros hijos adolescentes.
Por ser el período de la pubertad y la adolescencia una época de cambios conductuales, hormonales y afectivos, que generalmente sorprenden a padres e hijos, la capacidad de comunicación es esencial.
El desarrollo de las cuatro habilidades comunicativas básicas: hablar, escuchar, leer y escribir, es de carácter espontáneo y natural, en la mayoría de los seres humanos. Los mecanismos o la dinámica de comunicación entre las personas son aprendidos y por consiguiente modificables.
La dinámica de comunicación de las personas en el núcleo familiar puede desarrollar diferentes estilos. En algunos casos los mensajes verbales, los gestos y las expresiones que utilizamos para comunicarnos con nuestros hijos, pueden ser consistentes, asertivos, o autoritarios, agresivos, inhibidos o indiferentes.